sábado, 7 de noviembre de 2015

ENSAYO - INSEGURIDAD CIUDADANA

La ausencia de seguridad ciudadana ha pasado a ser en los últimos tiempos uno de los temas centrales de preocupación de los ciudadanos y, por tanto, una de las cuestiones a resolver por los responsables políticos de principios de este siglo. Cerca de los últimos años Latinoamérica ha sido víctima y testigo de la delincuencia en sus diferentes formas, secuestros, hurtos, robos, sicariato, narcotráfico violaciones. Hoy en día, es una de las principales características de todas las sociedades modernas, y es que vivimos en un mundo en el que la extensión de la violencia se ha desbordado en un clima generalizado de criminalidad.. El Perú no ha sido abstengo a esas situaciones, los actores de estos delitos son en la mayoría jóvenes no menos de los 20 años; hay algunas manifestaciones de delincuencia o de violencias urbanas que han ido ganando mayor protagonismo en los últimos años tanto en Lima como en otras ciudades del país. Los secuestros de muy corta duración, los asaltos a automóviles en vías públicas, la violencia juvenil expresada en barras bravas y pandillas, la actividad de jóvenes en el transporte ilegal de drogas hacia el exterior y la mayor proliferación de lugares para el expendio de droga destacan como las principales de esas manifestaciones. En el vértice de la delincuencia urbana se encontraría la actividad de bandas
El alto índice que se manifiesta en la actualidad son a causa del desempleo que vive una gran cantidad de personas; las personas que atentan contra los bienes y la integridad física de los ciudadanos lo hacen, frecuentemente, por no tener un empleo estable que les garantice ingresos suficientes para mantener a su familia. También, se identificó a la pobreza como otra causa que puede generar agresividad y que causa, además, altos índices de delincuencia que, generalmente, se ubican en las zonas marginales de la ciudad. La falta de educación es otra causa. La escasa (y, muchas veces, inexistente) educación de los ciudadanos genera delincuencia, agresividad y, por supuesto, inseguridad en aquellas personas que se mantienen al margen, pero que son los que sufren las consecuencias de esta situación. Asimismo, la cultura tan pobre de nuestra población genera altos índices delictivos y de agresividad contra las personas. Puede afirmarse que, cuanta menos educación y cultura tengan las personas, más propensas a la delincuencia y al crimen serán.
El otro lado del problema es la incapacidad institucional para hacer frente a esta realidad. Es un hecho que la policía peruana se encuentra sumida en una profunda crisis de manera tal que bien podría formar parte del problema, dado la gran cantidad de efectivos que se hallan verdaderamente comprometidos en actos delictivos.

En conclusión, la inseguridad ciudadana puede ser superada si el Estado crea un sistema educativo que disminuya las cifras de deserción escolar que inciden en la criminalidad, y que, además, ofrezca oportunidades laborales a todos los sectores de la sociedad. De esta manera, la seguridad ha devenido en un aspecto prioritario para la agenda que debe desarrollarse en Perú.
La población se siente más amenazada que nunca por la delincuencia, los empresarios están preocupados por sus costos de seguridad y las autoridades buscan diseñar estrategias adecuadas para un problema urgente.



































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